REPORTAJE

OKDIARIO en Hernani, la zona cero del infierno proetarra: «Aquí la gente sigue votando con miedo»

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Debo escribir y escribo que pasear hoy por las calles de Hernani en un día gris, amenazante de lluvia, símbolo de la tragedia terrorista que durante medio siglo azotó el País Vasco, el feudo de Bildu por antonomasia con su mayoría absoluta en el Ayuntamiento y su presencia asfixiante, produce una sensación peculiar a caballo entre la intriga, la inquietud y la esperanza. Es un pueblo abertzale rico, con grandes industrias y con ancestros de grandes emprendedores, patria chica de Gabriel Celaya y el cineasta Elías Querejeta, donde desde el inicio de la democracia, salvo con un pequeño interregno con el PNV, sólo ha gobernado Herri Batasuna y ahora EH Bildu. En el corazón del Valle del Urumea, comarca de San Sebastián, a una semana del 28M.

Las referencias a los terroristas etarras en las calles es constante y la presencia de Bildu en su propaganda electoral asfixiante. La localidad donde Fernando Aramburu se inspiró para escribir su famoso best seller, Patria.

Juan Crespo Ferrán, donostiarra, 55 años, ingeniero industrial por la Universidad de Navarra, MBA por el IESE, ha querido recoger el testigo del que fue su gran amigo y jefe en el PP, Gregorio Ordóñez, presentando su candidatura a la Alcaldía de esta localidad. Se puede afirmar con cierta justicia que es la única antorcha constitucionalista que luce hoy de cara a las elecciones del próximo 28 de mayo. De su mano OKDIARIO recorre los lugares emblemáticos por donde la kale borroka plantó señas de identidad este gran bastión de la izquierda ultranacionalista vasca.

Pregunta.-Resulta un tanto arriesgado presentarse a alcalde de una ciudad donde el constitucionalismo es residual y el PP no tiene representación desde el 2007 entonces con un concejal.

Respuesta.- Gregorio Ordóñez, mi amigo personal y jefe del PP en Guipúzcoa (yo era presidente de NNGG en esta provincia) me enseñó a que en la vida hay que ser valientes y dar la cara. Lo hago en homenaje a su memoria, pero también porque estoy convencido de que el constitucionalismo tiene que estar presente. Convencido de que en esta tierra se pueden revertir las cosas, no de forma inmediata, sin duda, pero con persistencia, paciencia y mucha pedagogía. Aspiro a salir elegido concejal y a partir de ahí iniciar una larga caminata en la defensa de nuestras ideas y de nuestra capacidad de gestión. No olvide que esta provincia es tierra de héroes vascos que lo fueron de España y también de santos que no se arredraron ante las dificultades.

P.- Caminamos, cámara en ristre, por el corazón de Hernani, su parte antigua, pendientes de la reacción de los ciudadanos. Unos le reconocen y pasan de larga; otros recogen su propaganda electoral en silencio. Alguno le dice por lo bajini: «Te voy a votar…».

R.- Han cambiado las cosas, sí. Ya no hay terrorismo de bombas y pistolas, pero no se puede afirmar que exista libertad total. Hay miedo y no todas las fuerzas políticas tenemos las mismas facilidades. El día de las elecciones especialmente. La gente no vota en los colegios, sino que llevan ya la papeleta en el sobre. Sabemos, por otras ocasiones, que el entorno radical intenta que la gente lleve la papeleta a la vista para…

P.- ¿Para qué?

R.- Obviamente, para señalar. Por eso, para nosotros es fundamental hacer un buen mailing. Llevamos unas cuantas legislaturas en las que el PP no ha presentado lista al Ayuntamiento. Y es también capital contar con los apoderados suficientes en los colegios electorales.

P.- ¿En qué basa su campaña en un lugar tan singular como esta circunscripción electoral?

R.- Explico nuestro proyecto liberal de centroderecha, cómo se pueden mejorar las cosas en la gestión del ayuntamiento, traer empresas e inversiones y, lógicamente defendiendo nuestras propuestas como nación española. Hay más gente de lo que algunos pudieran pensar. Te lo dicen en privado porque no se atreven a manifestarse en público. Saben que tenemos un equipo técnico/político muy capacitado…Eso es lo que vendemos a los ciudadanos de Hernani. Es fundamental para el PP y el constitucionalismo hacer ver que estamos aquí, que somos visibles. No vale tirar la toalla y rendirse por muchas dificultades que encontremos; tenemos derecho a existir. Insisto, poco a poco, cambiaremos el actual estado de cosas.

P- Resulta curioso que los diputados de Bildu en el Congreso se quejen de las carencias de la democracia española y aquí donde mandan haya que ir casi a escondidas. 

R.-Así son las cosas. Hablando con el presidente Núñez Feijóo hace poco en un acto celebrado en San Sebastián con los jefes del PP aquí en Guipúzcoa que vino a apoyarnos expresamente. El secretario general del PP de Guipúzcoa, Jorge Mota, víctima de ETA a cuyo hermano asesinaron. El presidente nacional nos felicitó efusivamente a todo el equipo –Iturgáiz, Muriel Larrea, etc.- nos animó mucho su presencia y apoyo. Respecto a lo que dicen la ultraizquierda abertzale y lo que practican, pues sí, hay diferencia. No me arredran; seremos capaces de darle la vuelta.

Combatir el miedo a manifestarse

Hemos estado en el frontón repleto de pintadas a favor de los presos etarras, en el Plaza Nueva, ídem, en la calle Mayor donde la propaganda con los candidatos de Bildu es constante. Sólo cuando el candidato popular decide fotografiarse en la plaza de San Agustín con tres banderas, la española, la ikurriña y la de la Real Sociedad se produce algún revuelo en los alrededores. A todos ellos se dirige en vascuence Crespo Ferrán, mientras un grupo de jóvenes nos siguen con miradas asesinas. Las mayores pintadas y pancartas no tienen que ver con las elecciones sino con la huelga general que se reclama para protestar por el estado de la sanidad vasca que gestiona el Gobierno autónomo vasco.

P.- Parecería que aquí gobernara Ayuso.

R.- Ja, ja, ja. Sí. La gestión del Gobierno vasco en materia de Sanidad es un completo desastre. También es responsable el Partido Socialista que gobierna en coalición. Tal desastre que el lehendakari se ha visto obligado a cesar a la consejera de Sanidad. Y luego hablan de los demás.

P.- Las famosas algaradas de la kale borroka de antaño producidas aquí en Hernani por homenajes al poeta Celaya, de izquierdas pero antinacionalistas o a Elías Querejeta porque se había posicionado contra el terrorismo etarras, ¿continúan?

R.- No. Como mandan ellos (Bildu) no se van a manifestar contra ellos mismos…¡Lógico! Cuando en 1991 la izquierda abertzale perdió el poder en favor del candidato del Partido Nacionalista Vasco (PNV) se boicoteaba toda iniciativa que saliera del Consistorio.

P. -En Hernani fue y en cierto modo es lugar de residencia de bastantes dirigentes bilduetarras y aquí están las sedes de las Gestoras Pro Amnistía y Etxerat la asociación en apoyo a los presos de ETA. En este pueblo lo niños aprendieron –quizá también ahora-a que los terroristas eran héroes.

R.- Sí, todo eso lo conozco, pero no me rindo. Sucedieron cosas terribles pero hay que seguir adelante y mirar el futuro con optimismo. Tenemos que combatir el miedo social a manifestarse política, cultural y de cualquier manera que los ciudadanos quieran hacerlo. Hay que luchar por cambiar las cosas aunque no se fácil, ni cómodo.

P.- ¿Usted visita las herriko tabernas?

R.- Se interpretaría como una provocación; personalmente no me importaría. He aprendido en mi trabajo profesional a enfrentarme a todo tipo de situaciones. Luego, mira, hay algo que no es fácil de decir y menos que te crean. Dentro del mundo abertzale hay mucha pose. Conozco dirigentes de Bildu que en público mantiene una postura, pero cuando hablas con ellos personalmente y en privado, reconocen algunas cosas… Este es otro asunto interesante desde mi punto de vista. Durante demasiado tiempo lo político lo informaba todo, incluso los temas personales y familiares. Ello, desde mi punto de vista, resulta una anomalía con la que habría que acabar.

P.- Y cuando va por la calle repartiendo su propaganda electoral, ¿qué reacción provoca en los transeúntes aquí en Hernani?

R.- Ja, ja, ja. ¡Hay de todo! Con que me atiendan me doy por contento. Unos pasan de largo, te miran y adiós; otros la recogen y la guardan. Hay gente que tiene la amabilidad de recibirla y la tiran. Soy un optimista por naturaleza. Sé que no estoy haciendo campaña electoral a pie de calle en el Barrio de Salamanca en Madrid.

Al llegar a un punto donde el Ayuntamiento de Hernani, es decir, Bildu, ha decidido que se puede pegar carteles electorales con la cara de los candidatos, Juan Crespo, ni corto ni perezoso, desembala los suyos y los coloca justo al lado de los de Bildu. El personal viandante le mira y es fácil colegir si es de su agrado o no. Mayormente, miran hacia otro lado y se oscurecen en el silencio.

El ex alcalde nacionalista del PNV, Joxan Rekondo, que en 1991 desplazó del poder municipal de la localidad a la ultraizquierda abertzale, tuvo que soportar durante años el desprecio y el vacío de los herederos políticos de ETA. Algo que, dicen, ha cambiado. Puede imaginarse el lector a aquellos dirigentes que para los bilduetarras representaban al «nacionalismo español opresor…».  El movimiento Gesto por la Paz fue recibido en su día a pedrada limpia en medio de una kale borroka de las que figuran en los anuarios, máxime en un lugar de pertenencia a la Unión Europea. Le sucedió al que fue consejero de Educación del Gobierno vasco, el dirigente del PSE, Fernando Buesa, al que posteriormente ETA asesinaría.

Bastantes de las diferentes fuentes consultadas ad hoc y en vivo por las calles hernaniatarras para esta crónica de urgencia a menos de una semana de la cita electoral del 28M subrayaban que las cosas han cambiado en sus calles, montes, ríos. El visitante, ojo avizor, quizá pudiera dar razón de lo mismo, si bien, algo sí, pero no todo.

Juan Crespo Ferrán, el ejecutivo comercial de una gran multinacional española, necesita algo más de 500 votos para tener acta de edil municipal. En la noche del domingo 28 sabremos si, en efecto, ha cambiado algo para que nada cambie o resulta que todo es un mero espejismo voluntarista.

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